Esta nueva técnica, elaborada por investigadores del MIT, combina las pruebas químicas y de imagenología utilizadas actualmente para diagnosticar la enfermedad.
Investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), en EE.UU., han desarrollado una revolucionaria técnica no invasiva para detectar la presencia y ubicación de las células cancerígenas. La nueva metodología, detalla la institución, combina elementos usados en los análisis de química molecular y las pruebas de imagenología utilizadas actualmente para diagnosticar a los pacientes con cáncer.
Durante el procedimiento, los científicos se valen de una nueva nanopartícula radioactiva desarrollada por ingenieros del MIT capaz de advertir la presencia de proteínas cancerígenas a través de un análisis de orina. Además, este compuesto también funciona como un medio de contraste al adherirse a las células dañadas, señalando la ubicación exacta de los tumores.
Según explican los expertos, las nanopartículas utilizadas actualmente en los diagnósticos generan biomarcadores sintéticos al entrar en contacto con las proteasas, enzimas producidas por células cancerosas, lo que las vuelve fácilmente detectables al ser excretadas en la orina. No obstante, estas pruebas no revelan la localización exacta del tumor, o si este se ha extendido más allá de su órgano de origen.
Esta limitación fue superada al agregar a las nanopartículas un marcador radiactivo denominado cobre-64, así como un péptido que es atraído a los microambientes ácidos característicos de las células cancerígenas y se inserta en las membranas de estas. El medio de contraste permite a los investigadores obtener una imagen clara de los tumores malignos y rastrear el avance o retroceso de la enfermedad.
Hasta el momento, el revolucionario método de diagnóstico ha mostrado su efectividad en la detección de cáncer de colón metastásico en ratones de laboratorio, así como para evaluar la respuesta de los roedores a los tratamientos de quimioterapia a los que fueron sometidos. Sin embargo, los resultados obtenidos son prometedores y se espera que el procedimiento sea adaptado para su uso en humanos.
Los científicos esperan que este novedoso diagnóstico ayude a pacientes que no tienen los recursos necesarios para acceder a las costosas pruebas imagenológicas usadas actualmente. «Cada año se podría hacer un análisis de orina como parte de un chequeo general. Solo se haría un estudio de imagen si el análisis de orina diera positivo para averiguar de dónde procede la señal», comentó Sangeeta Bhatia, coautora de la investigación, publicada este jueves en Nature.
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